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Cristian Martín Ríos: Profesor.
Entrevista realizada por María Canedo Diez (mcanedodiez@gmail.com)
- ¿Considera que el público posee un conocimiento apropiado de las nuevas tecnologías? ¿La "brecha digital" continúa siendo un problema?
En las últimas décadas hemos hecho un gran ejercicio de adaptación y sin darnos cuenta nos hemos acostumbrado a vivir rodeados de pantallas y artilugios digitales. Los más jóvenes se han introducido de manera natural, los de mediana edad, interesados en la ciencia y la tecnología, se han molestado en comprender; y generalizo cuando digo que los más mayores se han mantenido al margen.
El conocimiento no es el más apropiado, y dejar pasar el tren del progreso supone apearse del mundo, pero en general somos capaces de defendernos y avanzamos a pasos de gigante.
Otro asunto es la brecha digital, que incide más sobre las poblaciones de mayor edad y en el caso de la provincia de León, sobre los pueblos más pequeños que sobreviven con un puñado de vecinos. A menudo encontramos a personas cuyas ganas de aprender están lastradas por la ausencia de infraestructuras, y eso, en una sociedad que presume de desarrollo y pertenencia al primer mundo, es inconcebible.
- ¿Piensa que se hace un uso responsable de las TIC?
En absoluto. Los más jóvenes presumen de su uso, pero lo hacen de manera inconsciente. ¿Acaso alguien se ha parado a leer las condiciones de Facebook? ¿Somos prudentes cuando compramos por Internet? ¿Tenemos idea del destino de las fotos y vídeos que subimos a la web? ¿Sabemos quién puede estar disfrutando, en el buen o en el mal sentido, de un vídeo que hemos subido a TikTok?
La tecnología cae sobre nosotros como un alud y la pedagogía suele llegar tarde. Nos sorprenderíamos si pudiéramos comprobar cuánto de nuestras vidas se almacena en la nube. Por otro lado desconocemos muchas ventajas que tenemos al alcance en asuntos relacionados con la administración sanitaria, la Agencia Tributaria o la educación.
- Las nuevas tecnologías e Internet han revolucionado la manera de buscar, encontrar y realizar el trabajo diario. ¿Es peligroso esta dependencia extrema?
No debemos demonizar cualquier avance que pueda facilitarnos las cosas. Evidentemente estas tecnologías no sólo afectan a nuestra manera de ver el mundo sino que también evitan que hagamos ciertos esfuerzos que mantenían nuestra mente activa, como la memorización. Pero eso ya sucedió con las tablas de multiplicar y las calculadoras, así que la clave es no dejarse llevar por las comodidades, evitar convertirnos en esa humanidad perezosa que vemos en la película Wall·E y esforzarnos por mantener una actividad constante de la mente y el cuerpo. Y si a todo eso nos ayudan las nuevas tecnologías, mejor que mejor.
- Hablando de trabajo, León es una de las provincias que mayor capital humano aporta al resto de España, principalmente por la falta de empleo, ¿qué opina en este sentido? ¿Cómo podrían las nuevas tecnologías ayudar a contrarrestar esta situación?
Parte del problema tiene que ver con la centralización empresarial en las grandes capitales. Madrid recibe un volumen inmenso de trabajadores porque todas las grandes empresas están allí. Eso deriva en una masificación social que la propia ciudad no es capaz de asumir, mientras el resto del país se va hundiendo en una progresiva degradación. Hace varias décadas sucedió lo mismo con la población rural, que emigró hacia León y el resto de provincias.
Sin embargo, cuestiones como el precio del alquiler o los sueldos miserables a costa de jornadas infinitas demuestran que este modelo socioeconómico es insostenible. La crisis motivada por la COVID afianzará esta idea, y quizá entonces, como ha demostrado la historia, cuando la ciudad se vuelva hostil, parte de la población regrese al campo. Un campo, eso sí, vacío y desprovisto de Internet. La revitalización del espacio rural pasa por su desarrollo, por una fuerte inversión en servicios y por una modernización tecnológica.
- ¿Hacia dónde cree que se dirigen y evolucionan las nuevas tecnologías? ¿Qué papel podría jugar León en el futuro? o ¿cuál sería el deseable?
Me gustaría pensar que avanzaremos a favor del conocimiento, la ciencia, el progreso y de una comunicación global. En el caso de España en general y de León en particular, nos movemos en escenarios con modelos económicos muy definidos que tienen más que ver con la gastronomía y el turismo que con la tecnología, de manera que, o cambian mucho las cosas o seguiremos a la cola. El INCIBE fue una buena apuesta, pero perder la sede del Centro Europeo de Competencia Industrial, Tecnológica y de Investigación en Ciberseguridad demuestra lo complicado que resulta.
- ¿Cómo ha llevado el confinamiento? ¿Ha sacado algo en claro de esta situación?
Los primeros recuerdos que tengo me llevan a enero de 2020, cuando las noticias de lo que estaba sucediendo en China empezaban a llegar. En febrero empezaba a hablarse de una propagación a escala mundial. En aquel momento fuimos ilusos y no comprendimos el significado de la "globalización". A primeros de marzo, todavía acudíamos a las aulas sin mascarilla, porque era lo que ciertos expertos habían recomendado, mientras la OMS daba unas indicaciones que ahora nos parecerían pueriles. A partir de entonces he optado por la reclusión, salgo lo imprescindible extremando las medidas de higiene y distancia. Soy un afortunado porque puedo teletrabajar, pero cuando camino por la ciudad veo demasiadas imprudencias. No sé si tiene que ver con menospreciar a un enemigo que no vemos, porque nos estamos acostumbrando o porque directamente crece el porcentaje de idiotas que se sienten invulnerables. Después llegó la Navidad y ahí vimos que muchos no estaban dispuestos a privarse de un viaje, de una buena cena o de la compañía de los suyos. Entiendo que la cuestión económica es muy delicada, pero si en el otro lado de la balanza ponemos la vida humana, creo que no deberíamos tener dudas sobre las medidas a tomar.
Lo que no creo que suceda es que salgamos de esta siendo mejores individuos de una sociedad renovada y limpia. A diario vemos ejemplos de egoísmo y ruindad que nos deberían llevar a la reflexión.
- Como licenciado en Historia, no puedo dejar de preguntarle si no siente que nuestra sociedad (motivada por las prisas, las redes, el consumismo y el estrés) ha dejado de valorar y pensar en nuestros orígenes.
Es muy fácil ser crítico con la sociedad en la que vivimos, especialmente en cuestiones relacionadas con la creatividad, la cultura o la educación. Pero al mismo tiempo nunca hemos tenido tantos recursos al alcance, cualquier duda se puede resolver con mil respuestas multimedia.
Es verdad que nuestro día a día se caracteriza por la satisfacción de los deseos, el consumo rápido y el anhelo de fijar como meta el mañana, sin darnos cuenta de que el futuro es un lugar en el que sólo seremos felices si exprimimos el presente. Si dejamos la historia a un lado: seremos inevitablemente manipulados. Los medios de comunicación, los discursos políticos y las líneas de pensamiento tendencioso recurren al pasad para justificar o reforzar opiniones particulares. Si esta herramienta se emplea sobre la población, debe ser porque funciona.
- Algo que me ha llamado la atención es su Máster en Cultura y Pensamiento Europeo. ¿Cuál es el objetivo del programa, que se consigue en esta formación?
Profundizar en las raíces de Europa es un ejercicio apasionante que te obliga a desplazarte por los mares y océanos que la delimitan y las tierras que hay al otro lado.
Mesopotamia y Egipto fraguaron ideas que atravesaron el Mediterráneo oriental y la península de Anatolia, y llegaron a Grecia a través del mar Egeo. Crecieron y cayeron civilizaciones mientras se adaptaba la escritura y surgían nuevos alfabetos, se usaron los mitos para explicar el funcionamiento del mundo, se desarrolló el monoteísmo como idea religiosa, los hombres buscaron la mejor manera de gobernarse escribiendo tratados sobre teoría política,... y de pronto se alza Roma, y el modelo romano permanece vivo en la Edad Media, y de ahí el Renacimiento, mientras el hombre europeo descubría que el mundo era más grande de lo que había pensado.
- ¿Cree que la mayoría de nosotros tenemos un concepto analítico-reflexivo correcto y/o suficiente?
No y creo que tiene que ver con evitar el esfuerzo que supone. Por mi experiencia he podido constatar que el sistema educativo prioriza el almacenamiento de la información, por encima del procesamiento. Esto provoca que a menudo no comprendamos ciertas noticias, o simplemente no nos interesa pensar demasiado.
- Participa en muchas conferencias sobre el Reino de León. ¿Cuáles son las mayores confusiones y/o dudas de los asistentes?
A menudo se entremezcla la historia con el anhelo político, idealizando una situación en la que este León moribundo en el que vivimos se revitalizará si nos miramos en el espejo de la época de los ordoños, los ramiros, los alfonsos y los fernandos. Es algo comprensible, porque el futuro se presenta incierto y el presente no es nada halagüeño. Lo que sorprende al público es comprobar en un mapa lo que fuimos y lo que somos. ¿Cómo ha podido suceder esto? Esa es la gran pregunta.
- Forma parte del magazine digital Culturaleotopia, trabajando como redactor y fotógrafo. ¿Qué ámbito le gusta más?
Leotopía es un proyecto muy personal que va en dirección opuesta a la tendencia de la mayoría de los medios de comunicación, es decir, publicamos artículos y entrevistas muy trabajados, escritos con un toque literario sin abandonar los márgenes del periodismo y dedicando el tiempo necesario a la información y a sus protagonistas. Además es un medio atemporal, que trata de huir del consumo rápido.
En mi caso, compagino las tareas de redacción y fotografía, que en nuestro medio tienen cierta relación, ya que con las dos tratamos de contar historias. Fotografiamos intentando captar la emoción del instante, que puede estar presente en un gesto, una mirada o una expresión. En la medida de lo posible evitamos el posado porque resta naturalidad. Preferimos que el lector sea un testigo del rato de intimidad que comparten periodista y protagonista. La redacción tiene otras normas, te permite jugar con el lenguaje, con el tiempo narrativo, con la estructura gramatical,...
Yo estoy más cómodo delante del teclado. Me encierro en mí mismo, exploro la información y los recuerdos vividos y voy dando forma al artículo, como si fuera un escultor arrancando la figura del corazón de la piedra.
- ¿De que o a quién ha disfrutado más fotografiando?
Tengo la sensación de que es más difícil fotografiar a personas que a cualquier otro objeto. Cuando disparas jugando con los ángulos y la luz no solo debes tratar de captar un buen gesto, una expresión o un ademán particular, sino que debes intentar hacer visible lo invisible. A menudo, durante las entrevistas, el protagonista se relaja y nos deja ver su interior, su sentido del humor, sus dudas, sus miedos… si eres capaz de captar eso en una mueca o en el brillo de la mirada, creo que has conseguido una buena foto. Esas son mis mejores fotografías, pero me guardo mis favoritos.
- En 2013 ganó el concurso de relatos breves “Leonardo Barriada” con el relato “Filandón“. ¿Qué le aportó aquella aventura? ¿Sigue escribiendo?
Entiendo la escritura como un desafío y un bálsamo. Exige todo de mí, a veces me agota, a veces me frustra, y a veces me recompensa, sobre todo cuando encuentro la manera de contar una historia o acertar con la palabra. No he dejado de escribir, pero aquel premio parece que queda demasiado alejado en el tiempo. Lo recuerdo con mucho cariño porque entonces vivíamos lejos de León y fue una especie de llamada al regreso.
- También es coautor de la obra "910-1230. Reino de León. Hombres, Mujeres, Poderes e Ideas", un viaje de tres siglos por los hechos que marcaron nuestra historia. ¿Con su experiencia cree que sabemos realmente de donde venimos?
No sé si aún está disponible en las librerías, pero quien pueda encontrarlo tendrá en su mano un volumen extraordinario sobre la historia medieval leonesa, que se publicó a raíz del mil cien aniversario del reino de León. Este y otros libros han permitido que los leoneses tengan conciencia de que aquí se estableció el núcleo de uno de los reinos más poderosos de nuestra historia hispana, pero más allá del ámbito leonés queda mucha labor didáctica por hacer.
- Tiene un blog llamado elmurrial. Háblenos sobre él; de que trata, dónde saca la inspiración etc.
El blog ha dado muchas vueltas. Nació durante un proyecto académico cuando estos medios digitales eran tendencia y poco a poco se fue adaptando hacia mis intereses (historia y literatura). Finalmente se ha convertido en una especie de libreta de apuntes.
Los gustos del público y las tendencias informativas han cambiado mucho y los blogs han dejado paso a los canales de YouTube o a los podcast, que facilitan el consumo pero nos alejan de la lectura.
- ¿Se le ha quedado algo en el tintero?
Cuando el coronavirus empezó a hacer estragos, el escritor y periodista argentino Martín Caparrós apuntó que vivíamos los momentos más extra-ordinarios y a-normales de nuestras vidas en sociedad. Supongo que todos estamos de acuerdo en eso, pero además añadía que «vale la pena vivirlos -sufrirlos, disfrutarlos- con todos los sentidos bien abiertos. Años y años seguiremos pensándolos, contándolos: viviéndolos».
Suscribo las palabras de Caparrós, y hago un llamamiento apelando al sentido común de la gente y deseo que la salud y la vida sean más fuertes que la enfermedad.
Código QR con el enlace a la entrevista
http://www.leonenred.com/entrevistas/cristian-martin-rios-si-dejamos-la-historia-a-un-lado-seremos-manipulados/25/
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